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Sheila Alvarado

Poeta, narradora, ilustradora y activista LGTBI

Lima, 1979

Sheila Alvarado
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INTRODUCCIÓN

Sobre el autor

Sheila Alvarado

Biodata   / Sheila Alvarado

 

Sheila Alvarado (Lima, 1979). Artista y escritora por vocación, activista LGTBI de corazón. Egresó de la Escuela Nacional de Bellas Artes, con medalla de plata en la especialidad de grabado. Trabaja con técnicas mixtas que van desde el dibujo a lápiz y colores, pasando por la acuarela y el calado sobre papel hasta la pintura digital.  Sus ilustraciones abarcan los cuentos ilustrados que reflejan su mundo interior, investigaciones sobre la biodiversidad, el empoderamiento de la mujer y su identidad como peruana donde Huánuco, Ica y su ascendencia china por la rama de su madre remarcan desde su infancia su paladar y su línea gráfica inicial. Tiene ocho libros, escritos e ilustrados, cinco exposiciones individuales, y medio centenar de exposiciones colectivas, nacionales e internacionales. Ha sido merecedora de una decena de premios por su trabajo en diversos rubros como la ilustración, arte, fotografía y narrativa infantil. En los últimos años, ha representado al Perú como escritora en Luxemburgo y México, como ilustradora en Bolivia y Chile, como artista plástica en Estados Unidos. En 2019, ganó el Premio Nacional de Literatura infantil y juvenil del Perú del Ministerio de Cultura del Perú. En 2020, fue una de las ganadoras del “Concurso Nacional de Proyectos de Creación de Literatura Infantil y Juvenil” del MINCUL. En 2021, representó al Perú como ilustradora y escritora en la Feria de Guadalajara. 

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Testimonio sobre la ascendencia China

por Sheila Alvarado Peña


Escuchar Testimonio

Me llamo Sheila Alvarado Peña, soy artista plástica, escritora e ilustradora. Creo que es un poco complejo siempre tratar de explicar cómo uno vive su tusanidad, porque creo que en mi caso, de alguna manera, o como casi en todos los casos, cada familia es una isla, y creo que hasta que no salí de mi casa no me di cuenta lo absorta que estaba en las costumbres y las cosas que hacíamos o que teníamos en casa. Yo recuerdo que mis abuelos siempre me llevaban, por ejemplo, con mi mamá al barrio chino para comprar ingredientes que para mí eran muy comunes, y que yo pensaba que todo el mundo iba y comía ese tipo de comida. Para mí, era comerme un min pao, comprar pato, salchichas chinas, chancho, para preparar cosas en la casa, algunos tipos de pescados, hacer algunos tipos de adobos o recetas que sabía que se iban a utilizar recién en dos días, era como muy normal.    

Cuando yo salí de mi casa me di cuenta de que no era así porque creo que cuando quise ir a comprar algunas cosas que para mí eran cotidianas encontrarlas en mi casa como no se el colantao, los frejoles chinos, no sé, camaroncitos deshidratados para hacer muy huevo al vapor o simplemente los fideitos chinos, era como que no había y  yo me preguntaba por qué no había, pero les estoy hablando también de hace como, no sé, unos 20 años. Ahora es más común encontrar creo que en todos los supermarkets y en casi todas las tiendas hasta las bodegas encontrar estas cosas, pero cuando yo salí me di cuenta que no, y entonces empecé a poner atención y me di cuenta también que por ejemplo todos los eventos importantes en mi familia se celebraban con comida china. Mi abuelo hacía un pescado de vapor y yo solamente sabía por ejemplo también cocinar como les decía huevo al vapor, chancho en salsa de tamarindo, calamares en tausi, cosas de ese tipo. Y fue después que yo empecé a aprender a no sé, a hacer pasta, salsa roja, aprender a cocinar olluquito, esas cosas que todo el mundo, todos mis amigos comían o sabían hacer, yo no lo sabía.    

De alguna manera es como que era tan natural que no se mencionaba. Creo que si de alguna manera se mencionaba algo sobre nuestra identidad tusán,  era en referencia a mi abuelo, a su mamá, la mamá Juanita, a la que yo no pude conocer. Él siempre contaba que había sufrido mucho porque ella se casó con un peruano, sus padres de ella eran de Cantón, eso lo averiguamos porque un tío pasó mucho tiempo tratando de hacer nuestra línea de vida desde que llegamos al Perú, y encontró que habían llegado de Cantón, que luego habían cambiado de apellido ahí, que era Chang, que se cambió a Peña, luego fueron al interior del país, al centro y luego volvieron y regresaron algunos a Pisco. Y bueno, había pasado que los papás de la mamá Juanita habían destinado que ella se case con alguien de ascendencia china también o alguien que ellos pudieran escoger. Y no pasó así, y fue muy triste porque ella siempre hablaba de cómo extrañaba a su familia, como que si la familia le había repudiado por eso. Entonces, creo que cuando hablábamos de eso se hacía con mucha tristeza y creo que por ende no se hacía mucho. Las pocas veces que mi abuelo hablaba de eso lo hacía realmente con mucha pena por lo que tuvo que pasar su mamá. En todo caso, él siempre estuvo a cargo de las festividades y para él era importante que siempre todo lo importante se celebrará con la comida china. Es más para nosotros creo que es más importante el año nuevo chino que el año nuevo que todo el mundo celebra el 31 de diciembre.   

Otras de las cosas que me hizo dar cuenta ya cuando estaba desarrollando mi carrera fue que hace muchos años, habré tenido unos 20 años, una cosa así, vinieron unas personas que estaban tratando de desarrollar un museo de la comida e iban por Latinoamérica pidiéndole a la gente que dibujara a las cosas que le gustaba o creían que eran importantes desde su identidad como peruanos. Y me di con la sorpresa cuando todos llevaron sus platos de comida pintados, el mío era el único que era sobre comida china. El plato se llama Hecho en casa y literalmente era un dibujo de una chica con los cabellos que parecían como fideos y dentro había, no sé colantao, anís chino y cosas de ese tipo, creo que habían hasta unos palillos chinos metidos en el cabello. Así que de alguna manera siempre estuvo la influencia de ese tipo de cosas, pero no era porque se mencionaba de tal manera, sino simplemente la vivíamos, no mencionaban que éramos tusanes, simplemente lo vivimos y fue así, de alguna manera siempre y hasta ahora es para nosotros muy importante la comida porque creo el idioma fue una de las primeras cosas que se perdió. De mi abuelo quedaban dos palabras que siempre utilizaba que era el xie xie, que es el gracias, y el mailo cuando querías referirte a que alguien se había ido, y yo lo tomaba con gracia también porque pensé que eran como palabras que todo el mundo sabía o utilizaba, y no fue también hasta grande que me di cuenta que no, que no era así.   

Creo que con el tiempo es que he empezado yo a hacer memoria y a darme cuenta de todos esos pequeños detalles. Ese afán de mi abuela también por la hora del té y tomar el té, y que tomábamos, y siempre decirme que era un momento especial, que era un momento que no se volvía a repetir, y que era algo tibio que entraba y que uno compartía. Mi abuelo con la comida, preparándose uno, dos días para festejar a algo o a alguien y que toda esa preparación de la comida, de ir y de cortar en conjunto que sea parte de la festividad en sí, como que era más importante los días previos en donde todos nos preparábamos para hacer algo, más que el momento mero de servir la comida, porque como que todo era parte de eso. Creo que mi abuelo es como el referente más importante que tengo en torno a ello y luego es mi mamá que hasta ahora siempre está preparando platillos o cosas de ese tipo. Recuerdo hasta los platillos que no comía. Recuerdo mucho que mi abuelo y mi mamá se sentaban a preparar y a comer calabaza amarga, ello dos, creo que eran los últimos a los que les gustaba ese plato. Así que lo recuerdo mucho de esa manera creo, juntos, preparando todo eso.   

De alguna manera el dibujo, el arte que yo veía, que apreciaba mi abuelo, que estaba no sé en los platos, en los diseños, debe ser porque también era como mi momento favorito, la hora de comida, se quedaron grabados en mí. Creo que lo primero que hice, uno de los primeros libros que hice, Tomando té, tiene mucho de esa influencia, muy lineal, me gustaba mucho la tinta, son una de las cosas que hizo que yo empezará también a dibujar. Así, que yo siento o creo que de alguna manera es la comida sobre la que he navegado y sobre la que sigo navegando de alguna manera para acercarme a diferentes ramas ya sea el arte, la literatura, la poesía, y creo que es la forma también con la que mi familia sigue festejando, de alguna manera, las cosas importantes.

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Poemas & fragmentos
de escritos


01

Fragmento del libro Un cuento y una canción

Escuchar

—¿Adónde vamos? —preguntó Niñachallay.

Su madre la había sacado de la cama a la medianoche y, adormilada, la había vestido y trenzado como si fuera a una fiesta.

—Al Mayu Ura —respondió la madre—, estamos solo a unas horas.

—¿Al río? —preguntó sorprendida la niña—, ¡de aquí al Mayu Ura estamos a una

semana! ¡Ni comida hemos preparado para llevar!

 

—Sí, pero cortando por el monte llegaremos pronto; unas amigas muy

queridas hace mucho me enseñaron esa trocha. Además, tengo unas papitas con

queso y algo de canchita para el camino, ¡comelona!, no creas que no pensé en eso.

La niña sonrió entre alegre y orgullosa de su buen apetito, luego bostezó y volvió

a dudar.

—Pero está oscuro, hasta las estrellas se han ido a dormir. Mira —dijo la niña señalando el cielo.

 

—Tú confía, hija, y camina ligero. Además, mañana es tu cumpleaños y mis amigas te estarán esperando allá abajo. Valdrá la pena la amanecida, te lo prometo. 

—¿Qué amigas? —preguntó incrédula Niñachallay. 

—Unas que han venido solo a conocerte. Vienen de muy lejos, viajan por el río y traen regalos y comida muy rica en sus canoas; debemos llegar temprano para recibirlas, porque cuando el sol despierte por completo ellas ya se estarán yendo.

 

—Ya, bueno, pero yo tengo mucho sueño aún, siento que me voy a dormir caminando, mamá. 

—No te vas a dormir porque yo te voy a contar un cuento. 

—¿Un cuento? Prefiero una canción. 

—Entonces, te contaré un cuento sobre una canción. 

—Eso suena bien —acotó la niña sonriendo.

—Hace muchos, muchos años, de muy lejos llegó una niña… 

—¿Qué tan lejos? ¿Como nosotras, del río? ¿O del pueblo? —interrumpió la niña. —Lejos, lejísimos, más que nosotras, ¡de cualquier lugar! Venía de tan lejos que cuando salió de su casa y pasaba por algún pueblo la llamaban niña y cuando llegó al nuestro ya era una mujer, Warmi la llamaban. 

—¿Viajaba con su familia? 

—No, estaba sola, y todo lo que tenía en este mundo lo llevaba con ella. Colgado en la espalda, un charango que fue de su papá. Sobre ella, un vestido negro de amplia pollera con aves de colores que le bordó su mamá. Y en la cabeza, una canción. 

—¿Una canción? ¿Solo sabía una canción? ¡Yo me sé un montón! 

—Ella se sabía muchas también, y cada vez que pasaba por un pueblo aprendía una más, pero quería hacer sus propias canciones y solo tenía una, quería cantar otra cosa, pero no podía. Y era bonita, pero muy triste también, y por más que intentaba cantarla de otra manera, no podía.

 

—¿Ni cuando tocaba el charango? ¿Ni como huainito? ¿Ni carnaval?

—No, es más, cuando tocaba el charango, se hacía más triste la canción. Por eso viajaba buscando a alguien que le enseñara acordes nuevos o más alegres. Con el tiempo, aprendió todos los que había, pero no bastó. Muchos músicos intentaron ayudarla, pero, cuando ella empezaba a cantar, la gente rompía a llorar y las notas se les escapaban de las manos y ya no querían enseñarle, ni tocar con ella.

 

—Pobre Warmi, ¿y qué pasó entonces?

 

 —Un buen día, porque eso pasa con la gente que no se da por vencida, en un pueblito chiquito y blanco, como una nube en la punta de un monte, encontró a una maestra de música muy sabia y muy viejita que no le tuvo miedo a su tristeza y trató de ayudarla.

 


02

Selección del poemario Corazón de algodón de la coneja poeta

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I

 

Hoy 

soy el ratón debajo de la taza, 

no quiero ir a la escuela

ni salir de mi casa. 

 

Me he dejado cazar. 

 

Me están a punto de domesticar. 

 

 

II

 

Crónica de una tarde sin galletas

 

Ayer a las cinco de la tarde un niño

con más Coca-Cola que leche en el cuerpo

estrelló a toda velocidad su triciclo viejo

contra tu clásico auto de juegos

 

Classsh —sonó tu auto de plástico

contra el pavimento

Plafffst —sonó tu cuerpecito

lleno de preguntas y desconcierto

 

Ese chico tan malo

ni bien pudo corrió dejando

con las ruedas aún girando

su triciclo de lado

ru celeste auto volcado

y a ti

con el orgullo herido y desarmado

 

Eran ya las 5:03 cuando te pusiste de pie

5:04 cuando encontraste tu zapato

5:05 cuando pateaste el triciclo

y fue exactamente a las 5:06

cuando volteaste a ver

si yo estaba bien. 

Habrá salido volando —pensaste

cuando tus ojos se dieron de golpe con el sol

al elevar al cielo tu mirada

por eso me viste mas fácilmente

al no poder ver nada 

 

Y cuando en la claridad de tus ojos cerrados

me velas atravesar las nubes

ya del tamaño de una araña

recordaste de pronto

que antes de que ocurriera el choque

habías ido a dejarme a mi casa. 

 


03

Selección del poemario El vals de las cometas

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I

 

En un salón de nubes

con el viento a su favor

las aves de papel bailan

vestidas de seda y color.

 

De ensueño y de risa

ligeras carrizas

el viento del norte las atrae

el viento del sur las hechiza.

 

Las más pretenciosas piden 

más pabilo sin pudor

porque el vals de las cometas

empezará al compás del sol.

 

 

II

 

La ardilla del pantalón rojo

hoy tiene el dia muy atareado 

desde mi ventana la veo 

entrando y saliendo de su casa

hacia todos lados.

 

De un poste de luz a otro

sobre los cables de la ciudad va

corriendo y divertida

sonriente siempre está. 

 

Creo que está de fiesta

o espera a un invitado

la he visto llevando semillas

una torta y mucho helado.

 

 

III

 

A la mantis religiosa de Lima

no le gusta hacer amigas

y con tanta gente en la ciudad

se ha decidido mudar.

 

Hace su maleta

y deja su rama

cuando escucha a sus vecinas

que la llaman:

 

–¿Cómo, cuándo y por qué

decidió mudarse usted?

–Metiendo todo en mi maleta,

hace como una hora y media,

buscando el sol y menos carros.

¡Señoras hasta nunca,

yo me voy a Chaclacayo!

 


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Publicaciones

Publicaciones

Pelilargo

Novela infantil

Pelilargo es una niña como cualquier otra, excepto porque tienen dos trenzas muy largas que puede controlar a su antojo. En compañía de su fiel amigo Pajarito, la protagonista de esta historia juega a ser Robin Hood, Caperucita Roja, Rapunzel y a ser la heroína de sus propias historias. Ha sido además uno de los libros favoritos de los niños y niñas del Plan Lector en el Perú.

Santillana, 2017

Ver libro Pelilargo

Tomando té

Cuento ilustrado

Una pareja de amigos se reúne a tomar té, pero de alguna manera quedan atrapados en la taza, flotando en terrones de azúcar que se alejan si se tocan o se acercan demasiado. Un libro ilustrado donde los protagonistas buscan acercarse sin perderse ellos mismos, mientras tratan de cuidarse uno al otro en la distancia. “En mi casa siempre ha habido una jarra de té. Mi familia es de ascendencia china, de la cual pocas cosas han sobrevivido: una de ellas es la comida y el té. Mi abuela nos enseñaba a mis primas y a mí a servir el té. Y siempre me gustó mucho la idea que tienen los chinos de que tomar té es una ceremonia, un momento que no se vuelve a presentar, un momento único.” En Tomando té, Alvarado ha trazado una historia de fuerte contenido simbólico y emotivo, una historia, en resumen, para atesorar en el recuerdo. (Adaptado del artículo de Carlos M. Sotomayor, Diario Correo)

Altea, 2018

Ver libro Tomando té

Ciudad de payasos

Novela gráfica

Esta novela gráfica escrita por Daniel Alarcón e ilustrada por Sheila Alvarado nos presenta a Chino, un joven periodista que se enfrenta a la muerte de su padre mientras escribe una crónica sobre los payasos callejeros que deambulan por la ciudad. Nominada a los premios Eisner en la categoría Mejor adaptación, se trata de un libro en donde lo gráfico complementa a la narrativa de una manera sorprendente y que tiene de verdadero protagonista a la ciudad de Lima.

Alfaguara, 2010

Corazón de algodón de la Coneja poeta = Harawikuq China quwiq Utkhumanta sunqun

Poemario

La autora desafía la solemnidad poética y gracias a ello en sus páginas conviven la dulzura, la intensidad y la melancolía encarnados en el personaje de la poeta coneja, quien a partir de su relación con juguetes de peluche y otros amigos imaginarios construye una extraña atmósfera infantil. Las criaturas que aparecen en sus versos pueden ser entendidas como un tributo personal a aquellos objetos que acompañaron a la autora durante todos sus proyectos.

Paracaídas Editores, 2014

Ver libro Corazón de algodón de la Coneja poeta = Harawikuq China quwiq Utkhumanta sunqun

Ballena blanca

Cuento ilustrado

Una ballena en el cielo que apenas es perceptible cuando abre los ojos y puedes perderla de vista cuando atraviesa una nube o parpadea. Hermoso microcuento ilustrado y en edición bilingüe que aborda poéticamente el amar un espíritu libre, la espera y la esperanza.

Paracaídas Editores, 2015

Ver libro Ballena blanca

Bocadito al amanecer

Cuento ilustrado

Microcuento en edición bilingüe e ilustrado por la autora sobre el miedo a lo desconocido, la oscura e incierta sensación que es crecer, pero también sobre cómo enfrentarlo y superarlo con humor e inocencia.

Paracaídas Editores, 2015

Ver libro Bocadito al amanecer

La maga

Cuento ilustrado

Microcuento con pocas palabras e imágenes minimalistas, pero, a su vez, muy poético y sugerente. En La maga podemos ver lo fácil que es que tus sueños sean robados si no los proteges. En edición bilingüe e ilustrado por la autora.

Paracaídas Editores, 2015

Ver libro La maga

El vals de las cometas = The kites waltz

Poemario

Poemario ilustrado, ganador del primer premio de la V Bienal de Poesía Infantil del ICPNA, en donde distintos elementos y pequeños habitantes propios de la ciudad de Lima se hacen presentes, junto a las tradiciones de aquellos que vivimos de esta ciudad frente al mar. Dividido en tres partes, los lectores conocemos a la niebla, que dibuja y desdibuja la ciudad a su antojo, las ardillas que trepan los árboles como nuevos habitantes y los gallinazos que sobrevuelan la ciudad desde su fundación.

Instituto Cultural Peruano Norteamericano (ICPNA), 2017

Ver libro El vals de las cometas = The kites waltz

Un cuento y una canción

Cuento ilustrado

Una mamá le cuenta a su hija “un cuento sobre una canción” mientras caminan río abajo por los bellos paisajes del Perú. Ganador del Premio Nacional de Literatura 2019 en la categoría Infantil-Juvenil, en este hermoso cuento ilustrado conocemos entrañables personajes, así como tradiciones y leyendas peruanas de la mano de la protagonista, Warmi, quien solo posee el charango que le dejó su papá y la pollera que le dio su mamá.

Ediciones SM, 2018

Ver libro Un cuento y una canción

Comentario
literario


Sheila Alvarado ha escrito e ilustrado Tomando té (2008), la historia de una muchacha y un joven que se juntan a tomar té pero quedan encerrados en una taza de té mágica, flotando en cubos de azúcar. Si tratan de darse la mano, la taza se expande separándolos. Pelilargo (2007) es la historia de una niña con unas trenzas larguísimas y mágicas que se trenzan ellas solas, se esconden de las tijeras y puede controlar a voluntad. Junto a su amigo Pajarito juega a ser personajes de cuentos tradiciones. En su poemario bilingüe en español y quechua Corazón de algodón de la Coneja poeta = Harawikuq China quwiq Utkhumanta sunqun, la protagonista, la Coneja Poeta, construye su mundo en relación con sus juguetes de peluche y amigos imaginarios. Un cuento y una canción (2018) se abre con una madre que despierta a su hija Niñachallay para emprender un viaje y le cuenta un cuento sobre una canción, cuya protagonista es una niña pobre llamada Warmi que canta una tristísima canción. El poemario El vals de las cometas nos habla de Lima, su niebla, sus gallinazos y ardillas, así como de sus fiestas y tradiciones de. También ha publicado Bocadito al amanecer, Ballena blanca, La maga, El vals de las cometas y, junto con Daniel Alarcón, Ciudad de payasos.


Por: Ignacio López-Calvo