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Vedrino Lozano Achuy

Poeta y narrador

Tarapoto 1981

Vedrino Lozano Achuy
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INTRODUCCIÓN

Sobre el autor

Vedrino Lozano Achuy

Biodata   / Vedrino Lozano Achuy

 

Vedrino Lozano Achuy (Tarapoto 1981) de ascendencia china por línea materna. Es nieto de uno de los primeros inmigrantes chinos venidos desde Cantón, que llegaron al Perú navegando por las aguas del Atlántico y las del Amazonas para finalmente establecerse en la ciudad considerada el corazón de la selva peruana: Iquitos. Ostenta el grado de Licenciado en Educación en la especialidad de Lengua y Literatura. Cursó estudios de maestría en Literatura Peruana y Latinoamericana en la UNMSM. Ha publicado los poemarios Bálsamo de cenizas (2001), Fuegos Fatuos (2003), Boleros para uno y otro tiempo (2005), Shadowplay. Diario de Ian curtis (2010) y El hacedor de lluvia (2016). De los catorce poemas presentes en este libro sobresale uno en especial “Guillermo” donde el yo poético deambula entre dos mundos: el amazónico y el oriental transmitiendo la sabiduría milenaria presentes en sus tradiciones, ritos que se conecta poéticamente a través de la memoria familiar, los recuerdos de infancia y la presencia patriarcal procedente de otro continente. Poemas suyos han aparecido en distintas revistas virtuales e impresas, en antologías y en distintas muestras de poesía peruana. Participó también en el libro Hermosos ruidos. 27 relatos de sudamerican rockers, tributo narrativo a Los Prisioneros (2018) con el cuento “Por amarte”. Es autor de las novelas infantiles Abril y el devorador de palabras (2012) Matías y las sonrisas perdidas (2013) Abril y el secreto de las catacumbas (2014) y El bosque de los sentidos (2017). La segunda entrega de la saga infantil Abril y la ciudad de las palmeras (2013) conocemos la historia de su abuelo cantonés, su travesía al cruzar el atlántico, su arribo y posterior adaptación a la selva peruana. Ha sido finalista en el Primer Concurso de Novela Infantil Altazor 2013 con su libro “Matías y las sonrisas perdidas”.

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Testimonio sobre la ascendencia China

por Vedrino Lozano Achuy


Escuchar Testimonio

Mi abuelo atravesó el océano atlántico en una pequeña caja de cartón. Eso fue lo que me dijo y yo le creí. Según me contaron abandonó a mi abuela y a sus siete hijos y después de quince años regresó como si nada hubiese pasado. De ese primer encuentro con él recuerdo sus ojos rasgados. Cada vez que lo veía reírse a carcajadas o esbozar una simple sonrisa me daba la impresión de que no tuviera ojos. Una vez me acerqué a su hamaca donde hacía la siesta y me quedé mirándolo y me reí. Puedo saber de qué te ríes me preguntó. Me sorprendí porque al verlo de cerca me pareció que estaba dormido. Entonces le dije te habrá dolido verdad abuelo. Y es que mi madre me había dicho que sus ojos se quedaron así luego de que el doctor le pusiera una inyección.   

A medida que fui creciendo estrechamos nuestros lazos y compartimos momentos significativos. Le gustaba mucho pescar y solía llevarme con él en su moto azul. Una vez mientras pescábamos le pregunté cómo fue que llegó al Perú y con una voz solemne me dijo: “mis padres me trajeron en una caja de cartón y dentro de ella atravesé el océano” y sonrió al ver la expresión escéptica de mi rostro. Me contó también que al registrarlo en Iquitos le cambiaron su nombre cantones por uno peruano. Mi  abuelo se llamaba Lo Achuy. Él fue uno de los primeros chinos en llegar a la selva peruana.  

Fue un amigo suyo quien lo introdujo en el mundo de las plantas curativas, de las raíces y las cortezas hasta convertirse en un maestro curandero respetable. Puedo dar fe que lo vi ejercer la medicina tradicional amazónica de manera sincera y efectiva. Mi abuelo sabía hacer de todo, desde construir una casa, elaborar sistemas de riego, instalar tanques de agua entre otras cosas.   

Por motivos laborales vinimos a vivir a Lima. Aquí terminé la secundaria e hice mi formación universitaria, pero a pesar de la distancia siempre mantuvimos contacto e incluso estuvo como invitado especial en la presentación de uno de mis libros.  

Años después mi madre me llamó para decirme que mi abuelo se había ido y colgó. La noticia me dejó helado e ingenuamente pensé que otra vez los había abandonado como cuando eran niños. Cuando me repuse de la noticia comprendí que esta vez era para siempre. Su muerte me dolió tanto que vine y lo acompañé en su sueño eterno. Y me despedí de la única forma que conozco en poesía. Me paré frente a su ataúd y leí el poema que lleva su nombre con el que fue inscrito en Perú: Guillermo.   

Por insistencia de mi madre dejé la docencia y empecé a trabajar con ella en la empresa de helados y cuando ella decidió reunirse con sus padres en la otra orilla me hice cargo del negocio. Fue así que una mañana escuché una palabra que cambió mi forma de ver mi linaje materno chino: tusán  

Fue Sheila Páucar, redactora de la Revista de la Asociación Peruano China Integración quien me explicó lo que significaba la tusanidad. Mi lado amazónico lo tengo enraizado en mi interior a diferencia de la otra parte, pero desde aquel encuentro tomé consciencia de mi herencia asiática. A pesar de que no termino aún de asimilar por completo el que me consideren parte de la comunidad china pero sobre todo un escritor tusán. Me llena de orgullo saber que por mis venas corre sangre cantonesa. Agradezco de corazón a los gestores de esta muestra por permitirme redescubrir mis recuerdos de infancia y en especial con la historia de mi abuelo quien atravesó el océano en un barco de papel desde la lejana China.

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Poemas & fragmentos
de escritos


01

Poema Guillermo

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Guiado por las antorchas de las ménades mi abuelo atravesó el océano en un barco de papel. Sus ojos rasgados marcaron el caudal de los ríos convirtiendo a los hombres en peces y tortugas.

Entre banderas rojas y dragones de jade blanco me sumerjo en su historia. 

Bebemos el rocío de las palmeras y masticamos un poco de chonta para saciar la sed. 

 

Decide iniciar la pesca.

Con maestría arroja la caña y un pequeño cartucho al río. Un fuerte sonido invade la selva y enseguida anochece. 

Del ayahuasca su efecto es, me dice. 

 

__

 

Del poemario El hacedor de lluvia


02

Poema El hacedor de lluvia

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Y cuando por fin pude dominar mi arte:

llegó la lluvia.

Con las primeras gotas cayeron también las flores de las pomarrosas. 

Refugiado en las altas nubes susurré tu nombre. 

Entonces el agua empezó a tomar formas distintas abriéndose a paso firme por bosques y comarcas calcinadas.

 

Y así en medio de la selva 

aprendí a dominar el arte oscuro de la invocación.

 

Soy el hacedor de lluvia.

 

 

Del poemario El hacedor de lluvia

 


03

Fragmento de la novela Abril y la ciudad de las palmeras

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El abuelo sonrió ligeramente y luego suspiró profundamente mirando al vacío. 

Ella lo observó detenidamente y reparó en el detalle que cada vez que se reía, ya sea a carcajadas o con una sencilla y corta sonrisa daba la impresión de no tener ojos. Entonces recordó la primera vez que lo vio recostado en su hamaca de colores, en medio de la sala y con un cigarro entre los dedos.

Abril se acercó y lo abrazó.  

Mientras lo tenía abrazado Abril soltó una risa cómplice.

-Puedo saber de qué te ríes- inquirió curiosamente el abuelo.

-No es nada- respondió ella- es que me acordé de algo gracioso. Si te lo cuento prometes no molestarte conmigo.

-Y ¿Por qué habría de molestarme? Acaso se trata de algo malo- respondió

-Lo que sucede es que cuando te vi por primera vez me llamó mucho la atención tus ojos achinados. Y pensé que te habías quedado así, después de la inyección que te puso el doctor en la pompis- y volvió a reírse. 

El abuelo soltó una gran carcajada. 

-Así que eso fue lo que pensaste la primera vez de mis ojos. ¿Y ahora qué piensas?

-¡Hay abuelo! ya sé que tus ojos no son jalados por esa razón- y lo volvió a abrazar. Abril se sorprendió de que el abuelo a pesar de haber nacido en otro continente, no tuvo problemas para adaptarse a estas tierras. Sus padres lo trajeron cuando él era apenas un bebé y conforme iba creciendo aprendió las costumbres de los pobladores, el idioma entre otras cosas, incluso le dieron un nombre nuevo al ser registrado.

 

Con el tiempo aprendió el arte de las plantas curativas, de las raíces y cortezas típicas convirtiéndose en un curandero respetable, una especie de chamán y de hombre sabio. Muchos le consultaban distintos temas de construcción, hidráulica y sembríos. Era conocido como el chinito sabiondo.


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Publicaciones

Publicaciones

Bálsamo de cenizas

Poemario

En Bálsamo de cenizas (Lluvia editores) su primer libro, el joven poeta, explora la altitud y la latitud de la experiencia amorosa. Su escritura, en más de una vez, más que audaz, se precipita sobre este tema. Vedrino, por un lado, canta a la amada bajo las premisas de un amor cristiano, pero por otro, como que reniega del mismo o lo humaniza, se deja llevar por los sentidos. Nos gustan más sus poemas breves, el mejor, “Génesis”." (Fuente: Pedro Escribano. La República, 2002)

Lluvia Editores, 2001

Ver libro Bálsamo de cenizas

Fuegos Fatuos

Poemario

Lozano demuestra un hábil manejo de la herencia literaria. Vemos así desfilar a Perséfone, Caronte, Homero. Y de allí siguen los textos más frescos del conjunto, como la cerveza tomada en un poético y solitario bar con Domingo de Ramos, entre los amados fantasmas de Bukowski, el pequeño Alex de La Naranja Mecánica o el viejo Ernest (Hemingway). (Adaptado de la crítica de Roger Santivañez. El malhechor exhausto. Revista de fronteras)

Hipocampo Editores, 2003

Ver libro Fuegos Fatuos

Boleros para uno y otro tiempo

Poemario

El yo poético nos lleva por las tierras prohibidas de la experiencia interior: el amor como deseo, sufrimiento y esperanza: el abuelo –pater family como sabio chamán que crea un linaje sobre la tierra de la nada a partir de su sola sabiduría: la selva amazónica- y Pachacámac, cual lugares míticos de redención, a través de significantes plasmados con pericia en cada verso. (Fuente: Ricardo Quesada)

Hipocampo Editores, 2005

Ver libro Boleros para uno y otro tiempo

Shadowplay. Diario de Ian curtis

Poemario

El poeta Vedrino Lozano Achuy rinde en Shadow-Play. Diario de Ian Curtis un homenaje al desaparecido líder de Joy Division y lo hace expresando los pensamientos del músico en los ocho días de su lucha por no sucumbir a la tentación del suicidio. Un diario en el que, además de la palabra, está presente la fotografía, que con su lenguaje insobornable retrata a Ian Curtis al desnudo. (Fuente: Rubén Yaranga. Revista Variedades, 2010)

Hipocampo Editores, 2010

Ver libro Shadowplay. Diario de Ian curtis

Abril y el devorador de palabras

Novela infantil

Abril es una niña que desde muy temprano descubre el placer de la lectura. Un día sucede algo insólito: todos los libros que con tanta pasión y dedicación había leído estaban en blanco. Entonces el viejo capa gris le encomienda la tarea de derrotar al devorador de palabras y recuperar la esencia de los libros. (Fuente: César Anglas. Diario Voces de Tarapoto, 2015)

Ediciones Altazor, 2012

Ver libro Abril y el devorador de palabras

Abril y la ciudad de las palmeras

Novela infantil

Guiada por su abuelo cantonés, Abril irá conociendo su historia personal y su llegada al Perú, el origen del nombre de la ciudad de las palmeras, la leyenda de la princesa Ahuashi y de los seres mágicos que habitan la selva como el chuchallaki, la runamula, el sacharuna, el viejo Ino Moxo entre otros más. (Adaptado de la crítica de César Anglas. Diario Voces de Tarapoto, 2015)

Ediciones Altazor, 2013

Ver libro Abril y la ciudad de las palmeras

Abril y el secreto de las catacumbas

Novela infantil

Abril llega a Huamanga en compañía de su padre y se adentra por los pasillos del convento de Santo Domingo y los secretos que encierra la piedra de Huamanga. Pero también la historia del Puka Inti, aquel ser que causó sufrimientos al pueblo ayacuchano durante la época de la llamada guerra popular. (Adapatado de la crítica de César Anglas. Diario Voces de Tarapoto, 2015)

Ediciones Altazor, 2014

Ver libro Abril y el secreto de las catacumbas

Matías y las sonrisas perdidas

Novela infantil

¿Se puede perder una sonrisa? La gente usualmente suele perder cosas materiales como dinero, documentos, libros, juguetes, prendas de vestir e incluso celulares, pero... ¿una sonrisa? ¿Se puede perder una sonrisa? La respuesta a estas preguntas las encontramos en las páginas del libro Matías y las sonrisas pérdidas de Vedrino Lozano Achuy donde narra las aventuras de dos amigos: Andrés y Matías. (Fuente: Lenin Quevedo).

Ediciones Altazor, 2015

Ver libro Matías y las sonrisas perdidas

El hacedor de lluvia

Poemario

Memoria familiar, personajes familiares, el abuelo chamán oriundo de China, habitantes de los mitos, la sabiduría milenaria de la ayahuasca y vocablos amazónicos en catorce poemas que nos transmiten la experiencia de la amazonía bajo la óptica de Vedrino Lozano Achuy.

Summa, 2016

Ver libro El hacedor de lluvia

El bosque de los sentidos

Novela infantil

Relata la historia de una hermosa niña, producto de la unión entre la lupuna y el sol, a través de la cual podremos adentrarnos en la mitología amazónica. Extrañas criaturas como Wayra, el niño-viento que esparce sonidos, la chicharra Nelita, guardiana de las plantas, la boa yacumama, la madre de las aguas, y el demonio supay, portador de abusos y desgracias, pueblan estos relatos llenos de espíritus y animales que acompañan a la protagonista. (Adaptado de la crítica de Silvia Quevedo. Diario Voces, 2018)

Ediciones Altazor, 2018

Ver libro El bosque de los sentidos

Comentario
literario


Vedrino Lozano Achuy ha publicado los siguientes poemarios: Bálsamo de cenizas (2002), de temas amorosos; Fuegos Fatuos (2003), donde desfilan personajes como Domingo de Ramos, Bukowski o Hemingway; Boleros para uno y otro tiempo (2005), donde dialoga con Martín Adán; Shadowplay. Diario de Ian Curtis (2010), donde imagina los pensamientos del cantante de Joy Division en los ocho días antes de su suicidio; y El hacedor de lluvia (2016), donde evoca a su abuelo cantonés convertido en chamán y efecto de la ayahuasca e incorpora vocablos y mitos indígenas de la selva amazónica. Es además autor de las siguientes novelas infantiles: Matías y las sonrisas perdidas (2013), donde Andrés ha perdido la sonrisa, pero su amigo Matías cuenta con la habilidad de encontrar objetos perdidos; El bosque de los sentidos (2018), donde Lupe, hija del árbol amazónico lupuna y del sol, lanza un mensaje ecológico de protección de la naturaleza; Abril y la ciudad de las palmeras (2015), donde Abril descubre la selva peruana, con sus mitos y leyendas, así como la historia de la llegada de su abuelo cantonés a Perú; Abril y el secreto de las catacumbas (2014), donde llega a Huamanga con su padre y descubre la historia de Puka Inti; y Abril y el devorador de palabras (2015), donde descubre que todos sus libros han quedado en blanco y debe derrotar al devorador de palabras para evitar que la humanidad caiga en la ignorancia.


Por: Ignacio López-Calvo